Jean Shinoda Bolen
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La escritora Anna Freixas |
Esta es la frase que inicia el
libro "TAN FRESCAS", de Anna Freixas Farré, doctora en Psicología y
profesora jubilada de la Universidad de Córdoba.
Un libro que rompe tópicos y
mitos sobre la vejez de las mujeres, las nuevas mujeres mayores del siglo XXI.
Aborda multitud de temas que te hacen cuestionar continuamente tu manera de
vivir la vida como mujer adulta en proceso de envejecimiento y reflexionar
sobre muchos tópicos que rodean esta etapa: la edad, el físico, la actividad,
cómo nos percibimos, el hacer balance, la salud y la enfermedad, nuestros
cuerpos y nuestra imagen corporal, la sexualidad, los vínculos, la cultura
"single", la amistad, la sororidad, la soledad, el valor de las
redes, las transiciones hacia la libertad, la espiritualidad...
Ofrece una visión de una nueva
generación de mujeres que comenzaron a romper moldes en su juventud y que ahora
afrontan la última fase de sus vidas con independencia y rompiendo los
estereotipos en los cuales fueron encasilladas.
La mayoría de los mitos que
rodean esta etapa de la vida constituyen ideas falsas y se centran,
básicamente, en el deterioro progresivo físico y mental, el aislamiento, la
ausencia de sexualidad, en convertirse en una carga par la familia y la
sociedad, la falta de creatividad y la dependencia.
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Tan Frescas |
Por ello, nos recomienda lucir la
vejez, no enmascarar los signos de la edad, celebrar la menopausia como un rito
de liberación y desprendernos de responsabilidades afectivas que no nos
pertenecen...
A lo largo del libro demuestra
que la autonomía, la libertad y la sexualidad se pueden vivir de forma
diferente y placentera. Nos invita, desde la aceptación de la realidad, a
enfrentarnos con optimismo, sin tabúes y sin prejuicios a todo aquello en
relación al proceso de envejecer que de entrada nos atemoriza y disgusta.
A continuación, uno de los
fragmentos que más me han gustado:
Elogio a la soledad
"Ahora al fin ha traspasado el tiempo del duelo,
ahora puede decir, sin pena ni engaño
¡Bendita Soledad!
La soledad es una realidad a la que todos los seres humanos debemos
hacer frente a medida que nos hacemos mayores. Diversos elementos se combinan a
lo largo de la vida de las mujeres -la longevidad, las normas sociales y la
pobreza-, de manera que tenemos una alta probabilidad de pasar un número
importante de años sin pareja, a partir de la segunda edad adulta. Si bien es
cierto que en numerosas ocasiones se empieza a vivir a solas a partir del
divorcio o la viudedad, para un número importante de mujeres vivir a solas es
una elección personal, y lo prefieren a cualquier otro arreglo de tipo
familiar.
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La escritora Virginia Woolf |
La soledad es una necesidad para las personas que han vivido demasiado
acompañadas, para las mujeres que pasaron de la casa paterna a la casa familiar
sin respiro. Un deseo que a veces desconocemos tener. Carolyn Heilbrun la
describe como un placer para quienes han conseguido otorgar significado a su
vida, una oportunidad para vivir el presente como un regalo, algo que no
dejamos escapar porque nos permite tomar las riendas de nuestro día a día,
ordenar el tiempo. Un placer similar al de los grandes descubrimientos. En este
sentido, pues, la soledad es como una conquista, un espacio de bienestar. Si
queremos reinventarnos, necesitamos tiempo para pensar, meditar, integrar el
pasado y vislumbrar el futuro. Tiempo y espacio para nuestra vida interior,
¿cómo podemos combinar esta necesidad con la compañía y conversación con las
personas que nos importan?
Nos lo dijo nuestra maestra Virginia Woolf: las mujeres necesitamos una habitación propia. Un espacio personal en el que pensar, ordenar nuestra mente y nuestras emociones -una habitación, una mesa, un rincón, un cajón-. Pero no una habitación cualquiera, no; dice textualmente. "Una habitación con un pestillo en la puerta". Ni más ni menos. Un espacio en el que no haya continuas interrupciones, donde podamos concentrarnos, estar a solas".
Nos lo dijo nuestra maestra Virginia Woolf: las mujeres necesitamos una habitación propia. Un espacio personal en el que pensar, ordenar nuestra mente y nuestras emociones -una habitación, una mesa, un rincón, un cajón-. Pero no una habitación cualquiera, no; dice textualmente. "Una habitación con un pestillo en la puerta". Ni más ni menos. Un espacio en el que no haya continuas interrupciones, donde podamos concentrarnos, estar a solas".
Qué percepción tan diferente y
bonita sobre la soledad. Entender la soledad como una oportunidad para vivir la
vida con plenitud (aunque de entrada pueda sonar contradictorio). Como
oportunidad para la reflexión y la evaluación de los procesos vividos.
Hace poco que traspasé los 40 y
ya he podido ver en muchas ocasiones como para las mujeres de cierta edad el
hecho de vivir a solas les ha permitido un encuentro con deseos aplazados
durante tanto tiempo que se habían vuelto irreconocibles...
No es fácil estar sola con
nosotras mismas. El ser capaces de adentrarnos en nuestro interior, con
humildad y sinceridad, requiere un gran entrenamiento, un profundo proceso de
autoconocimiento para el cual vale la pena empezar a entrenarse cuanto antes.
Para ello, y para reflexionar sobre muchos otros temas relacionados con la
etapa de la vejez, os recomiendo a todas las mujeres mayores de 40 la lectura
de "Tan frescas".
Cristina Bernabé Pérez.
Psicóloga y educadora social.
Colaboración para Jubilats-USOC
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